miércoles, 12 de febrero de 2014

Capítulo 8- Al final, si que es verdad que uno de los dos, salió de ahí muerto.

 Si, lo sé. Demasiado tiempo sin subir. Lo siento, pero es que no tengo nada más que dcir sobre el tema. No podía y punto. 

Disfrutarla!!! 



Jane
No entendía que pasaba, alguien había muerto, de eso no cabía duda ¿Pero, y si era Bryan? Yo moría. Me muero.
-Señorita Jane, la policía quiere tomarle declaración a usted al lado del otro chico.
-¿Cómo se llama?- le miré sorprendida ¿Nadie iba a llamar a nuestra familia?
-Sí, ya están todos de camino- dijo respondiendo la pregunta que no había formulado- Y no sé cómo se llama el chico. Solo sé que es moreno.
-No me sirve de nada.
-¿Por?
-Los dos son morenos.
-Pues, lo siento. Pero no la puedo ayudar en nada más.
Me levanté tratando de no caerme. No había comido nada. Y no porque no me hubieran dado comida, si no porque no quería comer. Mi estómago no lo aguantaría.
 La mujer me acompañó a lo largo de todo el pasillo. Iba cogida de su mano, pero me daba un poco de miedo llegar a esa sala ¿Y si era Alex el que estaba allí? No lo aguantaría.
Ella me dejó en la puerta y yo entré, esperando no escuchar la voz de Alex. Pero para mí sorpresa no había nadie allí. Estaba yo sola. Me senté y sentí como mi móvil comenzaba a vibrar.
-¿Hola?
-Llegáis tarde, estamos todos esperando y Beth no coge el teléfono- era Lou.
-Lou…- dije triste- Tengo que contarte algo.
-¿Qué?- dijo en un tono normal.
-Es posible que estén operando a Beth porque le hayan roto el fémur, y que Bryan o Alex estén muertos…- se quedó en silencio.
-¿Estás de broma no?
-No, estamos en el Snt. James, venid ahora.
-Ya vamos.

No me acordaba. Habíamos quedado con los chicos para cenar hoy en Nando’s, pero Beth me había dicho que no podía y que la disculpara con los chicos. Por  lo que supongo que ella sabía que no iría. Que Alex no la dejaría ir.
La puerta de la sala se abrió. Entró un policía, seguido de Bryan. Oh, dios. Está vivo.
-¡Cariño!- salté encima de él llenándole la cara de besos. No sé porque estaba así. Si solo nos conocemos hace un mes. Pero lo quiero mucho.
-Oh,  dios. Estás bien.
-Sí. Pensé que estabas muerto- le miré mal bajándome de encima de él.
-¿Cómo lo pensaste? Si el que te dijo que estaba muerto Alex fui yo- me miró como si fuera un bicho raro.
-Estaba Shock ¿Vale?
-Si claro...
-Que mala persona eres, te burlas de tu novia- le pegué en el hombro cariñosa.
-Em…- dijo el policía- No es momento de “momentos cariñosos”
-Señor, pensé que este hombretón estaba muerto. Claro que es un momento, de “momentos cariñosos”- dije mirándole mal.
-Dios Jane, que mala leche tienes- dijo Bryan- Hazle caso anda.
-Vale.
Nos sentamos, dispuestos a responder a todas las preguntas que nos hicieran.

Lou
No podía conducir más rápido. Pues el coche no daba a más. Y Niall estaba que no se callaba. Estaba nervioso, como todos.
-¿Qué habrá pasado?- dijo.
-No lo sé Niall, Jane no me contó nada. Pero puede que hayan tenido un accidente de coche yendo a la cena.
-No sé, creo que Beth no venía- Dijo Harry.
-¿Cómo lo sabes?
-Hablo cada día con ella Lou.
No se habló más en todo el trayecto. Yo sé que me llegará un cacho de multa a casa, pues eh visto como me hacía la foto el radal. Pero me daba igual.

Jane
-Entonces usted me dice, que entró a la casa porque sintió a su hermana gritando.
-Eso ha dicho ¿Qué necesidad tienes de repetirlo?- le dije con roña al oficial.
-Señorita Greene, le seré sincero. Me está tocando las narices- me dijo este.
-Pues estamos empatados- le respondí- Él no lo mató.
-Calla- dijo Bryan.
-Es que le hemos salvado la vida a Beth, y este piensa que tú has matado al hijo de puta de Alex. Es lo más gilipollas que eh escuchado hoy. Y créeme, suelo escuchar muchas gilipolleces.
-Señorita, se irá fuera.
-Vale, me callo. Pero diga cosas coherentes por favor.
-Jane, estate quieta.
-Señor McCadne, tiene una novia muy obstinada- dijo el oficial mientras sonreía por lo bajini y Bryan le acompañaba.
-Si oficial, es que ella es muy… Especial, sobre todo cuando está asustada.
-No estoy asustada. Id al tema joder ¿Ahora hablaremos de mí, o qué?
-Le digo señorita. Que usted será una buena jefa en el futuro. Es usted fuerte. Es independiente.  Y eso  atrae a los hombres.
-Hombre ¿Por qué cree que eh cazado a este Lord?- le dije al oficial en broma.
-Espere… ¿Es usted un Lord?- le preguntó aquel hombre regordete.
-Em… Sí ¿Cuál es el problema?
-Que no le puedo interrogar sin un abogado delante. Estoy haciendo algo ilegal my Lord.
-No me llames así por dios. Además, yo no eh hecho nada, y no tengo nada que esconder, así que no pasa nada ¿OK?
-Bueno, en fin. Entonces cuando llegó su hermana gritaba, así que tiró la puerta. La chica fue en busca de Beth, y usted en busca de Alexander. Pero el ya estaba muerto.
-Exacto.
-Y usted señorita, dice que Elizabeth le dijo que el Alexander le pegaba, pero que se callara la boca.
-Sí.
-Ya está. Podéis salir.
Nos levantamos, cuando salimos estaban todos fuera. Los chicos y la familia. Mi madre me abrazó en cuanto me vio. A Bryan la abuela, el padre e Ingrid. Los chicos lo hicieron después. Estaban todos conmocionados, pero nadie dijo nada.
-¿Qué ha pasado?- preguntó Allan.
-No lo sé. Solo que me fui de compras con Beth, y se llevó algunas bolsas mías, así que le dije a Bryan que me llevara a por ellas, y cuando llegamos, ella tenía la pierna rota- mentí.
-Ah- dijo Ingrid mirándome mal. Y mi chico no se quedó atrás.
-Qué raro- dijo Bryan.
-¿Por qué?- preguntó Lou.
-¿Cómo explicas la muerte de Alex, eh Jane?- me miró. Sí, sé que eh hecho mal en mentir. Pero es mi amiga y lo prometí.
-Joder, que se lo prometí.
-Vale, pues me callo.
-Así estás más guapo, majo- dije enfadada.
-¡Encima ahora te enfadas!
-¡Pues claro! Porque eres tonto, si yo digo una cosa, tú te callas y después me echas la bronca, pero te callas ¿Lo pillas? Te callas (español)
-A ver, te aviso que yo también sé español.
-Uf, me voy a la cafetería- solté para no soltarle una bofetada.
-Te acompaño- dijo el señorito Styles.

Louis
-¿Alex ha muerto?- pregunté confundido.
-Parece que si- me respondió Bryan de mala leche. Sí, estaba preocupado por la marcha de Jane y Harry.
-Ve- le dijimos todos. Y cuando digo todos es TODOS.
-¿Papá?- dijo el confundido. Este sonrió.
-¿Te piensas que somos tontos?- dijo Brenda, la madre de Jane- ¿Os pensáis que somos los únicos que no lo sabemos? ¡Ja!
-Vale… Pues me voy.
Y aquel chico bajó. Porque sabe que su novia tiene mala leche, y si le tocan las narices putea. Mucho.
-¿Señor McCadne?- dijo un oficial de policía acercándonos, Allan asintió- Tenemos que hablar. Vamos en privado.
-No, mejor aquí.
-Vale, pues tenemos que informarle que este es el procedimiento para el maltrato doméstico. Tiene que prestar declaración.
-Espere… ¿De qué me habla?
-Pues, a ver. Su hijo encontró al maltratador muerto. Aunque hay sospechas, y su hija sufría maltrato hace dos semanas.
-Em… está equivocado- dijo Allan. Todos estábamos pálidos. No podía ser verdad.
-No señor. Le aseguro que no.
-Mierda…-dije por lo bajo. Todos me miraron.
-¿Qué sabes?- me preguntó Allan.
-Hace unos días quedamos. Últimamente quedo mucho con Beth, porque ya sabe que me voy pronto de gira- Allan asintió- Pues, que llegó tarde, agitada y le pregunté que pasaba. Me dijo que nada. Pero cuando se sentó vi un moratón en el brazo. Le pregunté, y dijo que fue en clase de danza con uno nuevo de la academia. Le dije que ella ya no iba. Pero para mi sorpresa, sigue yendo.
-Sí, aun la pago.
-Pues no sabía si creerle. Le pregunté a Dani, y ella me dijo que eso a veces pasa.
-Sí- dijo Danielle.
-Y por eso no le hice caso al tema. Lo vi normal.
-Ese hijo de puta…- soltó Allan- Lo mato.
-Ya está muerto- soltó la abuela.
-Jane lo sabía. Y se lo ha callado- dijo Brenda.
-No lo entiendo. No entiendo nada- dijo Ingrid.
-Ni yo- susurré.

Nos quedamos en silencio. Llevábamos tiempo así. Estos no subían de la cafetería, y nadie los iría a buscar. Estaban tratando de calmar a Allan, y está claro yo también estaba enfadado.
-¿Y esas caras?- preguntó alguien. La voz de Harry.
Miré al frente. Y allí estaban los 3, mirándonos impasibles, como si no supieran nada dos de ellos.
-¿Qué le ha pasado a Beth?- preguntó Bryan desesperado al ver que nadie respondía.
-Verás Bryan, a tu hermana le pasa lo siguiente- Allan se levantó del asiento y se puso enfrente del chico- Su novio le pegaba y vosotros lo sabíais, y no dijisteis nada- Jane abrió la boca sorprendida.
-¿Cómo te has enterado?- preguntó Jane.
-La policía- le dije yo- ¿Por qué os lo callasteis?- le miré mal a Bryan y a Jane.
-Me lo dijo antes de que llegara la ambulancia. Me dijo que me callara.
-Y tú le hiciste caso- soltó Brenda.
-Es mi amiga. Claro que le hice caso. Por lo menos hasta que ella saliera de quirófano y os lo contara, porque yo la obligaría si se negara.
-Menos discusión y más atención. El doctor está aquí- dijo la abuela.
-¿Cómo está?- le pregunté nada más girarme.


Beth
Me sentía dolorida. Por dios, cómo me duele la pierna. Me duele mucho. Pero no me puedo mover.
Comencé a abrir los ojos. Y cuando me quise dar cuenta. Estaban todos alrededor de mí. No, mierda. Tendré que dar explicaciones. Los cierro otra vez.
-Ni se te ocurra Anne- sentí que decía mi padre. La eh cagado.
-Tengo sueño y me siento fatal. Me duele todo.
-Me da igual. Quiero explicaciones- escuché.
Abrí los ojos. No me valía de nada cerraros, ya me había pillado.
-¿Qué pasa papá?- le miré. Estaban todos, pero bueno, el que había hablado era él.
-¿Qué qué pasa? Por dios Elizabeth, tú novio te pegaba y no dijiste nada.
-¿Sólo eso? Mira que eres dramático.
-¿Te pondrás en ese plan Beth?- me preguntó Lou.
-Hombre, tengo sueño, así que sí.
-Ok. Cuando te levantes, estaremos aquí. Dalo por hecho.
-No. Hablamos ahora B- dijo el pesado de Bryan.
-Jope, eres muy plasta- le miré mal. Y todos me miraron mal a mi también- ¿Qué queréis saber?
-Pues todo.
-Ok.

FlashBack
Ya 3 días viviendo con Alex, y la verdad es que me gusta mucho estar con él. Un amor de niño. Un amor de todo.  Me senté en el sofá. Pf, tengo que limpiar el baño y no tengo ni idea de cómo se hace. Por dios.  La vida sin Ingrid será difícil.
-¿Qué haces?- me preguntó Alex, como si estuviera enfadado.
-Pues… Creo que mirar la tele ¿No me ves?- le sonreí. No iba a discutir.
-Esta casa está hecha un desastre  ¿Y tú estás mirando la tele?
-Mmmm…- le miré- Sí, creo que sí.
Y pum. El primer adorno al suelo. Le miré con miedo ¿Porqué era así? No sé porque se comporta como un cerdo.
-¿¡Qué haces!?- le grité.
-Pues intento que limpies- dijo calmado-
-Limpia tú  ¡Joder!- le miré mal.
-No. Tú eres la mujer de esta casa y limpias tú- me miró mal. Muy mal.
-A ver, no me vas a obligar a limpiar. Tengo que acostumbrarme a esta vida ¿Sabes? Y si me vas a meter presión. Me vuelvo a mi casa- Ya estábamos cerca. El delante de mí, y yo delante de él. Esperando a que me respondiera.
Pero no lo hizo. No. Simplemente me pegó una bofetada, cuya marca en mi cara se quedo todo el día. Y me miró con cara de asco.
-Tú, de aquí solo saldrás muerta- me dijo mirándome a los ojos.


sábado, 8 de febrero de 2014

Macy's is baaack!!!!!!!!!!!

Hola loveeers!!!

Bueno, ya se que llevo mucho tiempo sin escribir, pero es que la verdad me eh cansado de la novela, me eh metido en un campo donde ya no sé como reaccionarán los personajes ante estas situaciones que tienen o algo asi...
por eso os digo que dentro de poco la comienzo a publicar otra vez, porque os lo merecéis y puuues que nada, que la termino y comienzo una nueva!!!
un besazo lovvveeers!!!!

viernes, 11 de octubre de 2013

02x7 Marcas que quedarán para siempre

Louis
No podía creer lo que estaba escuchando.. Los secretos de esta familia están al descubierto por completo.
-Toca, por favor- le susurré desde donde estaba en el salón. Ella me miró sorprendida.
-No toco hace años Lou, no quiero…-me miró sonrojada. Sí, sí que quería. Lo que no quería era hacer el ridículo.
-Yo me pongo contigo- le dije.
-Vale.
Nos sentamos en el piano. La partitura de Claro de Luna  estaba dentro del sobre. La pusimos y tocamos las primeras dos teclas. Pero ella paró.
-¿Y si mamá está viva, porque la otra se suicidó?- miró a su padre. Bryan se quedó boquiabierto.
-¿No te cansas de preguntar?- le miró la abuela, ella negó- Sólo sabemos que una semana antes de su muerte, fue a visitar a tu mamá de verdad.
Silencio. Todos se quedaron quietos.
Entonces el piano comenzó a  sonar, era algo tímido. Y miré a las teclas, ahí estaba su manos, sus dedos era muy finos, como el de un pianista, y las uñas las tenía preciosas, estaba el esmalte desgastados y las uñas mordidas, por los nervios de estos días, pero a mí me parecieron preciosas, imperfectamente bonitas.
-Lo haces muy bien- le susurré. Ella se sonrojó.
-Lo sé…- me miró mientras seguía tocando. Se sabía la canción de memoria, de eso no cabía duda.

Harry
Eleanor estaba molestando desde hacían 2 días, esperando a que Louis viniera. Se quedó en la cena con mi madre y mi hermana. ¿Pero qué es esto? ¡Esta chica está loca!
-Seguro que está con esa..
-¿Tú porqué no lo dejas en paz, eh? Si no te quiere, no te quiere…- le miré mal.
-Sí que me quiere Harry- me respondió enfadada- Lo que pasa es que apareció la chiquilla esa y le metió mariposas en la cabeza.
-No, en la cabeza no- le miré mal.
-¿Qué quieres decir?
-Que no están en su cabeza, están en su estómago, ahí es donde tiene las mariposas, y han revivido cuando la conoció a ella.
-Ella no es mejor que yo.
-Ni tú mejor que ella, aquí no se trata de mejores o peores Els, aquí va de quién aporta lo que queremos, y quién nos deja tontos con solo una sonrisa. No te digo que Lou nunca te ha querido, porque mentiría. Pero ahora la quiere a ella, y tú, aunque no lo quieras has pasado a un segundo plano. Y a nadie le gusta ese sitio…
-No quiero que me deje Harry, hasta ahora nada tenía sentido. Nada, y entonces le conocí, pero ahora aparece ella, y me rompe mis sueños. Todos.
-Els, no puedes depender de alguien. Él la conoció y se enamoró, esta vez te toca perder a ti, de alguna manera, has perdido algo demasiado importante, y créeme, entiendo cómo te sientes…
-Harry, ya sé que piensas y que todos lo hacen, pensáis que soy un chicle, pero tengo la necesidad de estar todo el tiempo con él. Al principio no le molestaba, es que nunca le molestaba, pero poco antes de conocerla, comenzó a apartarse, quería espacio. Y con ella en juego, lo perdí del todo…
-Quería respirar- me miró confundida- Es mi mejor amigo, me lo cuenta todo. Y eso está incluido. Solo te diré algo. Contigo me lo contaba todo, absolutamente todo- me miró sorprendida.
-¿Y con ella no?- preguntó.
-No, es como si la quisiera solo para él, como si no la quisiera compartir…
-Si, como te pasa a ti con Jane- susurró- Ya no me quiere Harry- le salió una lágrima. En verdad es buena persona.
-Trata de no cometer los mismo errores con el próximo.
-Lo intentaré- dijo mientras me abrazaba. Después se levantó, cogió sus cosas y salió de casa.

Beth
-Lou, me voy a vivir con Alex- le dije mientras entrábamos a mi habitación- ¿Qué crees?
-Ya sabes lo que creo pequeña- me dijo tirándose en mi cama- Creo que deberías vivir con nosotros antes de con él.
-Lou, es mi novio. Además, ya sabes que no le caéis muy bien. Dice que sois unos creídos- le guiñé un ojo.
-Y tú que le crees- sonrió.
-Bueeeeno, no hay más que ver cuántas veces por minutos va Zayn a mirarse en un espejo, y las que tu les recuerdas a todos que eres el más guapo- le miré mal, pero a la vez era una mirada divertida.
-Es verdad, pero por eso nos quieres- sonrió.
-No, a ver… Yo os quiero por todo vuestro dinero y fama, nada sentimental- me tiré en la cama con él y lo abracé.
-Te echaré de menos pequeñaja- me revolvió el palo.
-No lo harás. Te visitaré cada día, y lo sabes.
-Nena, tendrás novio, vivirás con él e Ingrid no te hará la colada ni te tendrá la comida hecha cuando vuelvas de la academia..
-Ya la eh terminado Lou.
-¿Y qué harás?
-Disfrutar con vosotros vuestros 2 últimos meses aquí.
-Es verdad, se me olvidaba. Serán los dos meses más llenos de parrandas del mundo- me sonrió.
-¡Sí! Seremos unos alcohólicos noctámbulos- reí.
-Tampoco te pases eh…
-Sabes que sí.
-Si tú lo dices…

Jane
Me tumbé en la cama de Bryan. Dios… que guapo se ve con esas gafas de pasta. Pf, me pone a cien…
La gente dirá que soy una superficial, pero verdaderamente. Nunca eh tenido un novio tan listo como Bryan. Dios… se le da tan bien la tecnología, y todo lo que tenga que ver con las mates, la física y la química, y lo friki. Que ahora también me llaman la atención los frikis…
-¿Sabes? Eres un capullo, solo llevas 3 semanas sin Laure, y ya sales con otra- le sonreí.
-Ignoraré ese comentario y trataré de seducirte con un masculinidad señorita Greene, por cierto, me han dicho que le atraen los hombres con gafa pasta- me sonrió.
Yo no dije nada, el estaba en su escritorio, tecleando sin parar. Y yo, solo lo miraba. Dios, esto nunca me había pasado con un chico. No tan fuerte. Bueno si… con uno. Pero ese no cuenta.
Me sonrojé momentáneamente cuando me sonrió y me guiñó un ojo, estaba sin camisa, con unos vaqueros y con su sonrisa de chico interesante. Oh dios, tiene que ser mío ahora.
-¡Bryan!- le grité.
-¿Qué?- dijo girándose confundido, le sonreí y paró de teclear.
-Ven, vamos a tener hijos guapos- le hice sitio en la cama y él se levantó de donde estaba, tardando solo un segundo en estar a mi lado.
Nos besamos desesperadamente, no. Aun no me había acostado con él, y creo que es el único que eh mantenido a línea tanto tiempo después de lo de Harry y la famosa lista.
Me quitó la camiseta a la velocidad de la luz, pero luego fue más despacio. Me besaba y me acariciaba… Vamos, unos preliminares en regla. Cuando ya solo estaba en ropa interior, entonces le quité los pantalones, y no me decepcionó lo que vi por arriba. Oh si, los McCadne están bien dotados.
Me hizo el amor. Sí, así de simple. No fue un polvo de una noche, que al final te preguntas porque lo has hecho. No. Él me hizo el amor, y verdaderamente, es la vez que más eh disfrutado con alguien. Con Bryan…
-Ha sido increíble- le susurré.
-Pensé que no estaría a la altura…- dijo mientras me acariciaba la cara.
-¿Quién te lo ha contado?- le miré enfadada. Dios…
-Harry, me lo comentó el día de la despedida de Beth.
-Ah, tenía que ser él…- dios, lo odio.
-No pasa nada, yo también tengo una especie de lista…- me sonrió pícaro.
-¿Cuántas?
-17.
-22, contigo.
-¡Hostia!- me miró sorprendido- ¡Cómo ligas!
-A las chicas nos resulta más fácil ligar que a los tíos.
-No es así…
-Sí que lo es- le miré mal.
-No… A ver, demuéstralo.
-Los chicos siempre queréis.
-Es verdad.

Beth
Otra vez los platos rotos. Las cosas por el suelo y él pidiéndome perdón. No, no aguantaba más. Pero no podía irme.
-Lo siento Beth- me dijo mientras intentaba abrazarme. Pero lo aparté.
-Prometiste no hacerlo más- le dije en un susurro. Me levanté y me miré al espejo ¿Qué le diría esta vez a Lou y a Jane? No podía ser… Esta vez no colaría.
-Lo siento- bajó la cabeza.
-Yo también lo siento Alex. Pero no puedo seguir permitiendo que me trates así. No puedo.
-No pasará más. Te lo prometo- me miró a los ojos. Y le creí.
-Vale, pero no lo hagas más por favor… Me duele verte así Alex. Te quiero muchísimo, pero te estás pasando por unos simples celos. Solo paso tiempo con ellos porque son mis amigos y se van en 5 semanas, y no los volveré a ver en 5 meses. 5 meses que serán para los dos y viajaremos por el mundo- asintió- ¿Lo volverás a hacer?- negó con la cabeza.
-Te quiero- dijo mientras me abrazaba.
-Y yo- dije convencida de que con esta conversación estaba hundiendo mi vida en este pozo, y no creía que nadie la pudiera salvar.

Ya era lunes otra vez. Hoy había quedado con Jane para irnos de comprar. Los únicos que no saben lo de Jane y mi hermano, son mi padre y su madre. Los demás estamos al corriente y Harry está rabiando.
El moratón ya se ha ido un poco. Pero me eh maquillado para ocultarlo. Ya casi o se ve. Pero se le hará raro verme con maquillaje. Me eh puesto manga larga para ocultar lo de los brazos. No quiero que ella los vea. Es capaz de castrarlo, torturarlo y después matarlo.
-¡Hola flor!- dije abrazándola.
-Holaaaaa- dijo ella demasiado risueña.
-Oh, se de alguien que ya ha consumado su noviazgo con mi copia masculina.
-Eso suena mucho a Voyeur- dijo sonriendo.
-Lo sé. Me da mala espina eso- sonrió.
Nos cogimos del brazo y nos fuimos a explotar las tarjetas. Compré muchas cosas, cosas que no necesito, pero tenía que descargar la tensión de estas semanas de alguna manera. Joder ¿Cómo podía haber llegado a este punto, si solo llevo viviendo con él 3 semanas? No lo sé, pero supongo que ya está mostrando su lado salvaje y no me gusta nada.
Llegué a casa sobre las 7:30. Él tenía refuerzo de bajo, porque había perdido muchas clases. Así que en teoría, no llegaba tarde. Pero solo en teoría.
Abrí la puerta de casa, y dejé las bolsas en la entrada. Me fui directa a la cocina y me puse a preparar algo rápido. Vamos, lo que hemos comido durante estas 3 semanas. Comida precocinada.
-¿Dónde coño estabas?- sentí que alguien sonoramente enfadado me preguntaba.
-De compras con Jane- dije girándome lentamente- Te compré un jersey- le sonreí.
-¡Qué te eh dicho de salir! ¿Eh?- me soltó la primera bofetada. Muy bien Beth, claro que lista eres, como le has comprado un jersey no te pegará.
-¡Ahhhh!- solté un grito ahogado, pero la nariz ya me estaba sangrando cuando me quise dar cuenta.
-¡Al baño, ahora!- me gritó.
-¿Qué me harás?- le pregunté llorando.
-Ahora verás. Esto por puta.
Tiró de mi hasta el baño. Era un baño raro, porque tenía una especie de cristal, donde te podía ver todo Londres, o mejor dicho, Londres, te podía ver a ti, porque el cristal por fuera no es más que un simple espejo. Pero da al patio de luces y como es un edificio raro, por ahí entra mucho aire si no cierras la ventana desde fuera, cosa que solo puede hacer Alex subiendo por la cornisa.
En fin, me rasgó la ropa y me tiró agua fría. Tenía mucho frío, y me encogí en el suelo. Pero no sé cómo se las arregló, para terminar con mi pierna. Porque lo último que recuerdo antes de desmayarme, es que tenía la pierna rota.

Jane
Había pasado la tarde con Beth, y le había comprado un regalo a Bryan. No, no tengo ni puta idea de que regalarle a alguien que ya lo tiene todo… Eso es algo tan complicado como elegir una casa.
-Hola pequeña- me saludó Bryan cuando entré a su habitación.
-Hola amor, tenemos que ir a casa de Alex y Beth, que ella se llevó la bolsa de tu regalo.
-¿Me has comprado algo?- me miró sorprendido.
-Claramente, te compré un vibrador, pero tú shhhh- me miró con cariño.
-Oks, vamos ya, que quiero ver tu gusto en regalos- me sonrió y nos fuimos a casa de Beth

(Esta escena es un poco rara, porque narraran Beth y Jane a la vez, así que pondré a Jane de color azul, estará pasando cada cosa al mismo  tiempo)

Me bajé del coche y miré a arriba, allí estaba aquel espejo gigantesco. Y saber que es el baño de Beth. Pero hoy no estaba como otros días, hoy temblaba. Qué raro.
-Mira- le indiqué a Bryan- Subamos y les avisamos de que se les caerá el cristal.
-Eso no se cae listilla.
-¿A no, y por qué coño vibra?
-No lo sé, será un terremoto.
-Ya… y tú gilipollas.

Le estaba pegando tan fuerte al cristal, que en cualquier momento caería. No me podía creer lo que me estaba pasando. Lou me lo dijo. No te vayas con él. No me da buena espina.
Y es que tenía razones para dudar. Muchas.
-¡Déjame salir Alexander, ahora!-  le volví a gritar- ¡Me muero de frío y me duele la pierna!
Si, la pierna. Estaba rota. ROTA. Completamente rota. Me desmayé cuando se me rompió, creo que es el fémur, pero nada. Me levanté y estoy luchando por vivir. Esto es una pesadilla.

Ya estábamos en el descansillo, se sentían gritos. Gritos de Beth. Le decía a Alex que la dejara salir, que le perdonaría todo. ¿Qué?

-¡Alex, tengo la pierna rota, me duele!- le grité otra vez- ¡Déjame salir de aquí, hace frío!
Nada. Silencio.

Me quedé quieta cuando escuché lo de la pierna. Bryan estaba a mi lado con los puños cerrados. Miraba la puerta.
-Rómpela ya- le dije. Y eso hizo, de dos patadas la puerta calló. Entramos, pero no se escuchaba más que el llanto de Beth. Entramos en el baño, y mientras yo la abrazaba y le preguntaba que pasaba, Bryan iba en busca de ese cabrón.
-¿Qué pasó?
-Me pega- fue lo único que dijo en ese momento…- Pero no digas nada- y cerró los ojos.
-No ¡Eh, despierta!- le pegué en la cara- ¡Bryan ven!- le grité.
-Está muerto.


Jane
No sabía nada. Y la sirena de la ambulancia me estaba aturdiendo. No encontraba a Bryan, los chicos no llegaban y Beth estaba inconsciente. No sabía qué pasaba.
-¿Cómo que está muerto?- grité.
-¿Señorita Greene, que dice?- me preguntó un hombre de blanco delante de mí.
-Está muerto. Está muerto.
-Está usted en shock señorita.
-Está muerto.

Ya lo sentía. Esa mujer era guapísima. Y sentía lo que me ponía en la nariz, era asqueroso ese olor, me recordaba algo malo. Pero nada en concreto.
-Dios, que cosa más asquerosa- le dije con mala cara.
-Ya estás bien pequeña- me sonrió.
-¿Dónde están?- le pregunté.
-Él chico habla con la policía y la chica está en quirófano. Y son malas noticias.
-¿Cómo no me eh enterado de nada?
-Estabas en Shock, viste algo increíble, así que no me extraña.
-Tenía la pierna rota. Y está muerto.
-Sí, está muerto.
Pero mi problema era saber lo siguiente ¿Quién estaba muerto? ¿Bryan o Alex? Esperemos que el segundo.
-Es un caso de maltrato, así que os harán preguntas.
-¿Maltrato?
-¿No lo sabías?
-Algo me imaginaba.
-Pues eso.



miércoles, 11 de septiembre de 2013

02x6 Confeciones sobre unas dementes.

Chicas! 
Siento haber tardado tanto en escribir. Es que eh estado castigada sin ordenador. Así que no podía escribir, ni por el móvil. Lo que pasó fué que me pude conectar algunos días al de mi madre, y publiqué en el otro blog. Pero el de ella no tiene el paquete Microsoft, así que no podía escribir. En fin. Aquí un capítulo nuevo. Aquí se descubren muchas cosas. Así que prestad atención. Porque tendréis que juntar lazos para entender que pasa. Un besazo y subo este finde!! Comentaaaaad! 



-Me encanta tú familia- le dije a Louis en un susurro  mientras despedíamos a sus abuelos.
-Te entiendo- me sonrió cómplice.
Despedimos a todos y entramos en casa, eran poco más de las 5 de la mañana y teníamos que poner los regalos debajo del árbol. Jay se fue al trabajo porque la llamaron de urgencia, así que nos quedamos Lou y yo preparándolo todo para que las chicas lo encontraran en orden por la mañana.
-¿Sabes que en Navidad se levantan a las 7?- me dijo Lou sonriendo.
-Yo también lo hacía- le miré mientras ponía mi regalo para Daysi.
-Sí, y yo. Y en reyes descubrí que era mi madre porque lo puso demasiado pronto. La pillé.
Nos comenzamos a reír. A mí nunca me pasó eso. Ingrid ponía los regalos en el armario de la limpieza, y yo no solía revisar por ahí. Y la madrugada de Navidad, Bryan se levantaba a poner los regalos. A mi “madre” y a mi padre, les daba igual.
-Un año, mis padres se olvidaron de poner el regalo de reyes- dije mientras colocaba otro- Pero tampoco pusieron carbón. Sabes, me puse a llorar como una histérica por la mañana  pensando que me había portado tan mal, que no merecía ni carbón.
Lou soltó una carcajada brutal, posiblemente hasta haya despertado a las chicas. Pero la historia es graciosa.
-¡No lo creo!- me dijo aún riendo.
-Créelo- le sonreí nostálgica.
Terminamos de poner los regalos y nos tumbamos en el sofá. Él me abrazó. Era un abrazo diferente a los demás. No era como todos los que nos habíamos dado en el tiempo que llevamos siendo amigos.
-¿Y sí mañana no vamos a comer a mi casa?- le dije en voz baja.
-Nuestro avión sale en 4 horas, así que tenemos una para despedirnos de las chicas, y después nos iremos al aeropuerto. Dormirás las 2 horas y media de vuelo y llegarás radiante a tu casa conmigo, para comer con tu padre y los demás.
-Mandón.
-Niñata.
-Tengo 18.
-Recién cumplidos. Yo tengo 21.
-Recién cumplidos también. Aunque puedes beber en los bares de USA ya- le sonreí.
-Es verdad. Pero para eso tengo tu casa, y podemos beber los dos ahí.

Jane
Los desayunos de Navidad en casa de los MCcadne son un coñazo, pero con Bryan se suavizan un poco.
-¿Entonces viene a comer?- preguntó Ingrid a Allan cuando le puso los gofres.
-Que si Ingrid, que ya está todo.
-No puedo creer que le hayáis ocultado algo así- espeté. No sé porqué. Pero… ¿Ocultarle algo así a Beth? ¡Increíble!
Todos me miraron. Mi madre me fusiló con la mirada, y Allan no creía que tuviera el valor de haberlo hecho. La abuela, simplemente soltó una carcajada.
-Hay cosas que haces por la gente que quieres- dijo Bryan- Y esta es una de esas.
-A ver, no lo dudo- le respondí- Pero tú te fuiste de esta casa porque tu “madre” te hacía la vida imposible, y tú padre le ayudaba. Y dejaste a Beth sola. En este infierno. Que ha podido salir de él escapándose porque ninguno le habéis dado la solución.
<<Ingrid, ella confiaba en ti. Todo te lo contaba, o casi todo. Pero lo importante en su vida tú lo sabías. Sabías lo que ella sufría con su “madre” y con Allan. Sabías que ella echaba de menos a la abuela  y que creía que Bryan se había salvado, pero que ella no lo haría. Bryan. Tú la puteaste, porque yo no dejaría a mi hermana pequeña en una casa de locos. Y ella lo sabía. Sabía que la habías cagado, pero se auto convencía de que era lo correcto y de que no tenías culpa. Habéis sido unos cabrones con ella, y no queréis que os diga nada, pero es mi amiga. Y yo nunca la traicionaría así>>
Me levanté y salí del comedor seguida de Bryan. No podía creer lo que acababa de hacer. No, espera. Sí que podía.
-Te has pasado- me dijo mientras esquivaba la puerta de mi habitación con el brazo.
-Y tú- me tiré en la cama- 3 pueblos.
-Ya, pero yo lo hice por alguien a quién quiero.
-¿Y yo no?- le miré mal.
-No digo eso.
-Pues aprende a expresarte, porque te has pasado con las dos.
-¡Que dramáticas sois las mujeres por dios!- dijo con las manos en la cabeza.
-Oh si, y vosotros que cabrones. Ah no, espera. Hijos de puta.
-Te has vuelto a pasar.
-Tú también.
-Mira, ya está. Déjalo estar.
-¿Alguna vez has ido a ver a tu madre al loquero donde está?- le pregunté sin más.
-Sí, voy cada mes, 2 días. Los paso con ella.
-¿Y tú padre?
-Beth cumplió ayer 18, y mamá se fue hace 16 años. Así que la media es de 1 vez cada 16 años.
-¿Sólo una vez?
-Sí, y da gracias. Porque si la vuelve a ver, el que se quedará en ese sitio es él.
-¿Tanto la quería?
-La quiere- le miré confundida- A tú madre también. Pero ten en cuenta de que el amor de la vida de mi padre, es mamá. La quiere como a nada.
-¿Sí?
-Le escribe una carta cada día. No importa donde este. Él le escribe cada día. Y se las envía casi todas.
-No sabía eso.
-Lo sé. Por eso te digo que te has pasado. Le hemos ocultado esto a Beth, porque no es normal enterarte de que tú madre te intentó bañar en legía. Y menos, que tú heredarás esa locura.
-No. Ella no está loca- le miré. Con angustia. Ella no está loca, ni lo estará.
-No, aún no. Le quedan un par de años, o 3 como mucho.
-Tú madre no comenzó tan joven.
-Sí. Pero no lo detectaron. Lo mismo pasará con ella. Solo que estamos avisados y veremos las señales.
-Le habéis planeado la vida desde que nació.
-No nos ha quedado de otra Jane. Tú nunca has visto a tu madre en un estado de locura extremo y a los dos segundos bien. Le afecta el cerebro, y te afecta a ti emocionalmente. Yo no quiero eso para mí Beth. Ella no merece eso.
-No.
-Lo que jode, es que la más fuerte de todos en esta familia, sea la que peor termine.
-¿La más fuerte?
-Ha pasado por mucho. Nuestra “madre” de pega, la puteaba mucho. Ya sabes la historia y aún así no ha intentado suicidarse aún. Ni se ha vuelto loca. Y no ha huido, hasta ayer. Y con sus antecedentes. Es lo que se espera.
-A lo mejor no empeora.
-Lo hará Jane. Tienes que hacerte a la idea. Tarde o temprano. Esperemos que tarde. Pero lo hará.
-Bryan, no puedo creerlo. No lo entiendo.
-Tú solo tienes que hacer una cosa.
-¿Qué?
-Disfrutar cada momento con ella. Cada sonrisa y cada lágrima. Disfruta cada cosa que te diga. Pero no llegues a depender de eso. Te lo digo por experiencia. Porque si  dependes, entonces lo pasaras mal cuando ella esté lejos.
-No creo que pueda.
-Solo piensa que puede que la pierdas mañana, o que ya la hayas perdido.

No lo podía creer. No podía ser verdad. Esta conversación puede que sea la más sincera y profunda de mí vida. No la puedo perder. En 3 meses ha hecho que la quiera como una hermana, eso a Dani le costó años. No puede dejarme.
Louis  y Beth ya estaban en casa. Habían llegado y estaban radiantes. Los regalos del árbol de Beth aún estaban allí. Esperando a ser abiertos por ella. La tensión se podía cortar con una tijera. Ella estaba bien. Por fuera. ¿Pero por dentro? ¿Y en su cabeza?
-Me voy  a vivir con Alex- dijo de repente.
Todos soltamos los cubiertos. Louis la miró sorprendida. Pensé que le había quitado  esa idea de la cabeza en Doncaster. No se podía ir. ¡No!
-No te irás a ninguna parte- le dijo Allan alterado.
-Sí, te recuerdo que ya no mandas sobre mí- le dijo cortante. Esto es algo personal.
-No te vayas B. Tú no puedes irte de aquí- le susurró Bryan. Se veía el miedo e sus ojos. En los ojos de todos, supongo que hasta en los míos.
-¡No podéis pretender que sea la princesa encerrada en este castillo por siempre!- gritó. Estaba alterada- ¡Tú te fuiste el mismo día que cumpliste los 18!- señaló a Bryan- Y nadie te le pudo impedir ¡Ni yo!- dijo llorando.
-Ya B, pero estoy de vuelta. No me iré más. No se está bien fuera de casa B. No,  y menos tú.
-¿Porqué yo no estaré bien?- le miró.
-¿Por qué tú perteneces a este sitio- le dijo Allan- Ese Alex no me gusta. Si me dijeras que a casa de Louis, estaría tranquilo. Pero no con él.
-Papá, me da igual. Soy mayor de edad.
Silencio. ¿Ahora respondía con tranquilidad? ¡Antes lloraba y ahora no! ¿Serán estas las señales? No. Me estoy emparanoiando con lo que me dijo Bryan. No puede ser verdad.
-¿Quieres ver mi regalo de Navidad?- le pregunté. Cambio de tema.
-Sí, espero que sea caro.
-Según Ingrid, sí- le respondí- Está en el salón. Lo acaba de poner.
-¿De poner?- preguntó confundida.
-Exactamente- le sonreí.
Nos levantamos y caminamos hasta el salón. Los demás nos siguieron. Ella se quedó quieta, hasta puedo decir que no respiraba. Ni ella ni nadie de la sala.
-¿De dónde lo has sacado?- preguntó en un susurro.
-De tú sala de los recuerdos. Pensé que te alegraría.
-No. Eso ya estaba en la sala de los recuerdos cuando yo la comencé a utilizar. Es como si alguien antes de mí lo hiciera.
-¿No te gusta?
-No lo tocaré Jane. No toco- dijo en un susurro. Sí, era un piano de madera blanca. El que había en la sala de los recuerdos cuando fui a ducharme.
-Sí. Si que tocas y lo sabes.
Se acercó. Encima del piano había una nota. Ingrid me dijo que tenía algo que darle, y que eso le daría un toque mágico a mi regalo. El sobre era color hueso. Era un sobre muy caro y de hace unos cuantos años. Ella se acercó. Lo cogió y se sentó en el piano. Levantó la tapa y se podía ver esa frase en azul, la de mi habitación y la del piano de New York. Ella leyó la frase y sonrió. Siempre que la leía lo hacía. Tocó una tecla y volvió a sonreír.

Beth
                                                            Reino Unido, Londres. 24 de Diciembre de 1996.
Querida B
Ya sé que cuando leas esto yo no estaré por ahí. Sé que posiblemente no sabrás quién te habla. Pero soy mamá. Sí, mamá. Ya sé que estarás confundida ahora mismo. Pero esta carta te la escribo por tu 18 cumpleaños. Quiero que sepas que Ingrid ha estado seguramente todo este tiempo trabajando en casa. Ella te vio nacer, y me prometió que te la daría. No quiero que te enfades con papá. Ahora mismo está hablando con unos señores que me llevaran de aquí, y tú no paras de llorar. Así que se me hace complicado contarte todo lo que pasa. No sé qué pasará después que me valla de aquí pequeña. Pero solo sé que Bryan te cuidará como si fueras una estrella. Él adora a las estrellas. Eh intentado explicarle lo de las luces, pero él cree que nunca dejan de brillar.
Bryan dice que eres preciosa. No para de mirarte cuando duermes, creo que se ha enamorado de ti. No entiende que eres su hermana. Pero lo entiendo. Yo también me eh enamorado de ti, y papá. Eres hermosa. Eres la criatura más bella que eh visto. Ni las de las revistas, pequeña.
Tienes una belleza de princesa. Recuerdo cuando la princesa Diana te cogió en sus brazos. Ella fue a verte al hospital cuando naciste. Dijo que serías una estrella y eso le gustó mucho a Bryan, así que a ella también la ama. Lástima que haya muerto.
Pequeña. Solo tienes dos años, no te acordarás de lo que hace 30 minutos intenté hacerte. Ni yo sé porque lo hice. O porqué lo intenté. Pero solo quiero que sepas que no lo hice porque no te quiera. Lo hice porque las voces me dijeron que lo hiciera. Y no puedo con las voces. Ellas me persiguen constantemente. Y no puedo evitarlas.
Solo quiero que sepas que te quiero. A Tyler y a ti. Sois mis B&B. Sois mi todos. Y papá es nuestro dios. Siempre protegiendo. Princesa. Quiero que toques mis pianos, que bailes y cantes. Quiero que vivas, hasta que  puedas. Porque si lees esto es que tienes 18, y si tienes 18. Es que te queda poco tiempo.
Quiere a la gente que te quiere. Y por favor. Vive a partir de ahora. Este es tu anuncio de salida a una vida sin límites. Porque si no lo haces, te arrepentirás.
Rappelez-vous que ni les étoiles du ciel peut compter combien Je t'aime. Toujours en sécurité sous mon ciel.
Je t'aime.
 Mamá.

Me quedé blanca. No podía ser. No sabía que eran de mi verdadera madre. Y la frase. Está en la mayoría de mis cosas. De pequeña Bryan me decía que esa frase era especial, y que debía sonreír cada vez que la viera. Ahora sé de donde la sacó. Porqué está gravado en tantos sitios.
Recuerda que ni las estrellas del cielo pueden contar cuanto te quiero. Siempre estarás segura bajo mi cielo”
Te quiero.
-¿A ti también te dio una?- le pregunté a Bryan.
-Sí. Me la dio a las 18 Ingrid.
-¿Y por qué yo no lo sabía?
-Se supone, que no lo tenías que saber hasta hoy… ayer- dijo Ingrid- Lo siento pequeña. Pero se lo prometí a tu madre. Y después a tu padre.
-No pasa nada Ingrid ¿Me dices B por ella?- miré a Tyler otra vez.
-Tú a mi también.
-Ahora te diré Tyler- le sonreí.
-Sabes que lo odio.
-Mamá te llamaba así.
-Sí. B Tyler. Siempre decía lo mismo- sonrió. No le gusta porque la recuerda- Sólo mamá me puede llamar Tyler, B. Sólo mamá.
-Vale ¿A mí cómo me llamaba?- le pregunté.
-B, o rayito de luz. Pero prefería llamarnos B&B.
-Me lo dijo- me quedé callada un momento. Comienzo a recordar. Aunque con 2 años. No se recuerda mucho- Quiero ir a verla- solté de repente.
-Lo harás. Ahora toca- me dijo mi padre.
-No toco hace años papá- sonrió. Cuando le llamé papá sonrió. No lo hacía desde hace 10 años.
-¿Porqué no tocas desde hace tanto?- preguntó Lou, que hasta ahora estaba muy cayado.
-Porque a mi otra madre no le gustaba que tocara. Supongo que porque le recordaba a mi mamá de verdad.
-No era por eso- dijo Bryan.
-¿Entonces por qué?
-Cuanto tú tocabas la canción favorita de mamá. Era el único momento del día en que papá sonreía y yo también. Hasta Ingrid tenía una sonrisa inevitable.
-Tú madre amaba esa canción- dijo Ingrid.
-Claro de luna- susurré- Las estrellas. No es la canción favorita de mamá porque sí. Si no, porque le recuerda a B, y también, porque es lo contrario de rayito de sol. Ahora todo tiene sentido.
Sí. Ahora mi vida ha dado un giro. Ahora todo lo que eh vivido tiene una razón. Ahora sé que quiero a una persona. Ahora sé que mi madre. Mi verdadera madre, me quiere. Que mi padre se alejó de mí porque le recuerdo a ella, y que Bryan, ha dedicado toda su vida, a convertirme en la madre que nunca tuvo. A la que echa de menos. Por eso papá le reprendía. Porque odia ver cómo me convierto en la mujer a la que ama.

Ahora mi vida tiene sentido. 

viernes, 28 de junio de 2013

Capítulo 5 -¿A dónde vas con esos labios?

Jane
Era temprano ¿Las 8? Algo así, y yo pregunto ¿Quién coño está despierto a esta hora?
-¿Estás despierta?- preguntó alguien de fuera, alguien con voz sexi. Alguien llamado Bryan.
-Em, ahora sí ¿Porqué?
-Porque estás en mi habitación, y necesito unas cosas.
-Tus cosas las guardó Ingrid.
-No todas.
-Tú lo que quieres es verme- le grité y me levanté para abrirle la puerta- Pasa- le dije.
-Lo siento, es que hay un escondite en el armario con pasta y me hace falta.
-¿Para tú camello?- le miré sonriendo.
-Graciosa- me miró mal, pero a la vez bien- Es porque eh dejado a Lauren hace 10 minutos, y me dijo que tenía que pagar yo el alquiler, porque ella pasaba del tema.
-¿Cómo estás?
-Bien, tenía ganas de dejarla, ya no estaba enamorado de ella, y lo de no apoyarme ayer con lo de Beth, eso fue lo que me hizo decidirme.
-¿Sólo eso?- le miré sonriendo, dudó- No sé, supongo que algo más, celos o terceras personas.
-Bueno a ver, conocí una chica, que aunque es más pequeña que yo, es muy, pero que muy sexi.
-Sí, suele pasarle eso a la gente una vez que me conoce.
-Em, no hablo de ti- me miró sonriendo, me gusta este chico. Mucho.
-Ya, verás como cambias de opinión dentro de poco…
-Eso espero. Por cierto ¿Sabes dónde está Beth? Mi padre la está buscando como un loco.
-Pues… No lo sé.
-Mira a ver si tienes un mensaje o algo, me preocupa.
-Vale- fui hasta la mesita de noche y cogí el móvil, como en efecto tenía un mensaje de Beth, se nota que son hermanos, el sabe perfectamente lo que hará ella, y ella lo que hará él.